22 jun 2010

Tardes

Hay días tontos y hay tardes inmensas. Tardes que se alargan, tardes tristes, tardes en las que te gustaría poder cambiar la vida, tardes en las que quisieras poder retroceder el reloj, el calendario, la historia ....

Nada de eso es posible, no queda otra, hay que acostumbrarse. Una amiga de este rincón, en tardes así, suele recomendar chocolate (cuidado, si no se es muy golosa, cambia la opción por sardinas, aviso antes de que a alguien se le ocurra mencionarle algún comentario al respecto). A mi, antes, me daba por ponerme tristona, tirarme en el sofá y rumiar, en silencio, las cosas de la mardita vida. Como ya soy mayor, esta tarde gris me he dejado mecer por la música, la mía, esa que lleva años acompañándome y que sabe amoldarse a mi esqueleto como nadie.

Os dejo una muestra ..... por eso, porque hoy, para mí, es una tarde de esas.

13 jun 2010

Ayer, como quién dice .....


Hace cuarenta años las cosas importantes de mi vida residían en una piscina. Si mis padres estaban cerca, no le tenía miedo a nada, ni siquiera el sol molestaba, bastaba con guiñar un poco los ojos y todo se solucionaba.

Después la vida empezó a complicarme la existencia, nada era fácil, todo tenía un precio y, en la mayoría de los casos, no podía pagarlo. Las dimensiones de una piscina no eran suficientes para albergar todo el mal del mundo y, aunque estaba dispuesta a lanzarme al mar, mis brazadas no me ayudaban a llegar hasta la orilla.

Con el tiempo acepté que aquello era lo que había y me construí un mundo único en el que sólo mi gente tenía libre la entrada. La lectura y la música me ayudaron a soportar el ruido exterior con un rictus de soberbia en el rostro pero nunca me rendí y seguí tirando hacia adelante.

Cuatro décadas después casi vuelvo a sentirme como entonces, como aquella chiquilla que le sonreía a la vida, aunque tuviese que entrecerrar de cuando en cuando los ojos. El camino no ha sido sencillo, tengo cicatrices por todos lados, pero ... aquí estamos, un día más de un año nuevo. En la infancia, nunca tuve una fiesta de cumpleaños con amigos, una de esas con tarta, velitas y la canción de cumpleaños feliz entonada por todos los chiquillos. 

Hoy, que ya soy mayor, voy a romper con esa no celebración .... cuarenta y dos años son demasiados como para no celebrarlo. Quedan todos invitados .... barra libre de cariños, cursilerías y todas esas cosas que se dan en días como el de hoy. Este rincón se merece una fiesta, una de esas especiales a las que sólo acuden aquellos que realmente sienten que son importantes para el homenajeado. Ya va siendo hora de que les diga que es un enorme placer compartir mis momentos y mis hormiguitas en este lugar sin rostros en el que, por fin, me siento como en casa.

Gracias a todos .... 

8 jun 2010

Mañana tonta

Tres días de vacaciones por delante. Dicen que va a llover. Los funcionarios se pelean contra .... no sé, tengo que meditarlo. Tiempo estimado del trayecto en metro para esta tarde: ochenta minutos, ida y vuelta, eso sí. Mañana comida familar, mini, más bien, es día laborable. Sergio me acariciará los oidos mientras bucea en mi boca: sé que no me gustará. Milana bonita no ha dado ningún problema, todo un detalle por su parte. He de dejarme seducir por un libro nuevo. Necesito unos zapatos. No sé si bajar a por una cerveza ... bien fría. Punto y final para esa antigua cuenta de correo. Hay silencios que no termino de comprender. Un día de estos lo mismo me decido y me cuento completa. Tenemos cuatro llamadas telefónicas pendientes. La renta. He de elegir otros dos días antes de que termine el mes. Recopilar fotografías, las que no están perdidas. Este verano no voy a ver el mar ....

3 jun 2010

Junio




Junio ha llegado, por fin. El calor, el bochorno madrileño, el sudor, las tardes que se alargan y las noches que, todavía, refrescan algo. El mes en el que cumplo años (¿puedo decir que he decidido olvidarme de la cifra que me cae?), en el que termino la relación laboral que he mantenido durante veintiún años, el último que vivo con el estado civil que he detentado los cuarenta y un años que tengo (dije que lo había decidido pero se ve que mi memoria no estaba de acuerdo con esa postura).

Antiguamente, Junio sabía a otra cosa. A fin de la etapa escolar, a vacaciones, a diversión, a tiempo libre (pensándolo bien, ahora voy a tener mucho de eso), al olor del cloro de las piscinas al aire libre, a las películas del cine de verano. Era el mes en el que todo empezaba, hasta Septiembre, en el que todo era posible, en el que, si te empeñabas, la vida podía escribirse de nuevo.

Hace unos días alguien me dijo que me conocía tanto como para saber cuándo estaba mintiendo. Me he dado cuenta, de pronto, que, dentro de nada, apenas un mes, muy pocas personas de mi entorno van a conocerme lo suficiente como para poder decirme una frase semejante. Aunque no sea cierta.

Soltar amarras y dejarse mecer por el futuro incierto nunca es fácil. Aprender a desaprender. Reinventarse. Volver a contarse, a narrarse, a explicarse. Ésta es mi cara, estos son mis conocimientos, ésta soy yo. En un mes estaré haciendo eso…. No sé si estoy preparada. Puede que todavía sea demasiado chica para tanta novedad.